“El Universo es un libro escrito en el lenguaje de las matemáticas , siendo sus caracteres triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible comprender una sola palabra, sin ellos solo se conseguirá viajar por un oscuro laberinto.” GALILEO GALILEI
Resulta interesante descubrir como un artista reconocido internacionalmente por sus universos geométricamente imposibles y por sus composiciones de motivos reconocibles complementarios sobre el plano, casi imposibles de imaginar, encontrò su inspiracion inicial en la arquitectura árabe, en concreto en los mosaicos nazarìes de la Alhambra de Granada (España).
Los árabes tienen una gran influencia sobre la aritmética y la astronomía de nuestra era. A ellos les debemos además los símbolos de las cifras que hoy conocemos.
Es en la Alhambra donde la geometría árabe alcanzará su culminación a nivel estético. Los mosaicos de la Alhambra son verdaderas joyas geométricas, auténticos poemas de formas. La singularidad de los mosaicos árabes es que ningún punto es singular. Este efecto se consigue utilizando motivos simétricos y rellenando todo el plano de forma que sea uniforme y no haya ningún elemento diferenciador (según la cultura musulmana, solo Alá es Uno y su representación no está permitida).
Los motivos de los mosaicos siempre son obtenidos mediante la geometría dinámica basada en movimientos en el plano a partir de polígonos regulares. Veamos algunos ejemplos visualmente.
Ejemplo 1: un cuadrado se transforma en una forma de ‘hueso’:
Ejemplo 2: un rombo se convierte en pétalo.
Ejemplo 3: un cuadrado se convierte en pez volador.
Ejemplo 4: un triángulo equilátero se convierte en la pajarita nazarí:
Ejemplo 5: solapamiento de cuadrados o sello de Salomon:
La Alhambra ha inspirado a muchos artistas a lo largo de la historia, pero en particular fue el artista holandés Moritz Cornelius Escher que en el verano de 1936 visitó la Alhambra y quedó cautivado de los mosaicos de la Alhambra de los que realizó numerosas copias y apuntes.
Seguramente estos mosaicos fueron en el germen de lo que sería el tema favorito del pintor: la partición geométrica del plano de la que llegó a afirmar: «es la fuente de inspiración más rica que jamás haya encontrado y muy lejos está todavía de haberse agotado».
La característica principal de Escher en sus particiones es que los motivos elegidos representan algo concreto y reconocible por todos y no solo formas geométricas.
El pintor recurre además a la idea de complementarios, contrarios y de movimientos de transición a través del plano.

Día y noche
Con la «Metamorfosis», Escher transforma el motivo mínimo, el cuadrado, en una serie de figuras creando una historia de transiciones increìbles para volver a llegar al cuadrado inicial.

Metamorfosis
Trabaja posteriormente jugando con el mundo de dos dimensiones para convertirlo en un mundo en tres dimensiones.
Más tarde, aún no satisfecho, construye la serie de paisajes imposibles donde nos presenta escaleras infinitas que siempre nos devuelve al mismos sitio y cascadas que se autoalimentan de la propia agua que cae en un imposible móvil perpetuo.
En la última fase de su obra, Escher aborda otro concepto básico matemàtico: el infinito. Encontró la inspiración en el modelo del matemático francés Enric Poincarré, que utilizando la geometría hiperbólica consigue representar la totalidad de una superficie infinita dentro de un circulo finito.
«Las leyes matemáticas existen independientemente del intelecto. Lo único que el hombre puede hacer es saber que están ahí y tomar consciencia de ellas» – M.C. Escher
«Nadie puede revelaros más de lo que reposa ya dormido e medias en el alba de nuestro conocimiento.» J. Gibran
Autora: Eva Martínez Olalla – Artista, ingeniera y fundadora de ARTivación
Bibliografía: Documentales culturales «Más por menos»- La geometría se hace Arte